Césarée / Les Mains négatives / L'Homme atlantique

A partir de Détruire, dit-elle, Marguerite Duras construye o deconstruye su relación de amor y odio con el cine. Más allá del texto y el teatro, está el cine, un continente desconocido en el que los personajes pueden encarnarse, las palabras pueden hacer vibrar la película y los modelos de una sociedad nueva toman cuerpo. Alegre al fin y al cabo, el propósito de Détruire, dit-elle [Destruir, dijo ella] significa «lo rompemos todo y volvemos a empezar». La aplicación concreta de este eslogan revolucionario impregna las películas de Marguerite Duras, a través de la confusión de la gramática clásica de la imagen, la desincronización y las imágenes negras que cortan en seco la deambulación de L'Homme atlantique, que parecen decirnos: cerrad los ojos, escuchad y veréis.

L’Homme atlantique (1981, 42’), Détruire, dit-elle (1969, 90’), de Marguerite Duras / En relación con la exposición «Duras Song, portrait d’une écriture».