UAM

Presentación por el comisario de la exposición

La UAM (Union des Artistes Modernes) encarna la modernidad francesa del siglo veinte. Reunió a todos los grandes creadores en torno a un método inédito e inigualable, juntando diferentes disciplinas y ámbitos artísticos. La UAM tenía la ambición de proponer un nuevo arte de vivir y siempre quiso compartirlo con la mayor cantidad de gente posible. Pensada como un órgano de combate, arremetió contra las diversas formas de conservadurismo existentes y, debido a la coyuntura, se vio obligada a acallarse, a transformarse en una comunidad a la defensiva, hasta que se inclinó y acabó disolviéndose. La exposición inédita que el Centre Pompidou dedica a esta aventura escenifica cincuenta años de creación moderna al amparo de los nombres más emblemáticos del siglo veinte: de Le Corbusier a Robert Mallet-Stevens, de Eileen Gray a Charlotte Perriand, de Pierre Chareau a René Herbst, de Francis Joudain a Jean Prouvé… A lo largo de un recorrido cronológico estructurado en diferentes secciones, la exposición se remonta a los orígenes franceses de este ideal en el que todas las artes se codean y se conjugan a través de los trabajos colectivos y las obras de cada uno.

La UAM se forma el 15 de mayo de 1929. Tiene su origen en el Salon d'Automne creado en 1903, que servirá a la vez de lugar para la experimentación y de caja de resonancia para los portavoces de la modernidad. Las artes decorativas no quedan relegadas a un segundo plano y los cuadros de vanguardia dejan entrever la modernidad en los interiores pintados por artistas como Pierre Bonnard, Édouard Vuillard o Henri Matisse. La fuerza del color y la ruptura con los motivos del art nouveau son características compartidas dentro del mismo movimiento. La idea de una agrupación germina en la práctica profesional de sus fundadores, quienes durante los años 1920 desarrollaron respuestas comunes y una práctica colectiva con ocasión de encargos o eventos.

La UAM está formada por hombres y mujeres con un pasado común, camaradas, amigos, cómplices. Son figuras, personalidades fuertes, creadores comprometidos. Se reúnen para enfrentarse a la negativa de la Société des Artistes Décorateurs a concederles una presentación grupal que les permita afirmar los principios de la estética moderna que defienden. En torno al primer comité director compuesto por Robert Mallet-Stevens, Francis Jourdain, René Herbst, Hélène Henry y Raymond Templier, decenas de personalidades, entre ellas Sonia Delaunay, Fernand Léger, Jean Carlu, Pierre Chareau, Jean Prouvé, Le Corbusier, Pierre Jeanneret y Charlotte Perriand o Eileen Gray, se federan para defender un mismo ideal: «obstinarse en crear sin mirar atrás».

Pese a que la UAM se dota de un manifiesto en 1934, varios años después de su fundación, para responder a todos los ataques a los que tuvo que enfrentarse, su medio de expresión favorito es la exposición: Cuatro salones al año desde 1930, participación en los Salons de la Lumière en 1935 y 1936, participación en las exposiciones de la vivienda, mucha presencia en los salones del arte hogareño, exposiciones de concursos organizados conjuntamente con la OTUA (Office Technique pour l'Utilisation de l'Acier) y, en especial, los de cabinas de transatlántico y mobiliario escolar. Los salones de la UAM pretenden ser la demostración de una visión común, reivindican la preeminencia de lo colectivo, afirman la ausencia de jerarquía en las artes, presentan una modernidad tenaz, aún poco aceptada y escasamente promovida por los poderes públicos. Solo con la llegada del Frente Popular, los miembros de la UAM logran tener un espacio en la exposición internacional de 1937. Además de las diversas creaciones de unos y otros ubicadas en varios pabellones, todos se reúnen en el de la UAM, firmado por Georges-Henri Pingusson con Frantz-Philippe Jourdain y André Louis, cuya estructura dinámica de metal y de vidrio es una de las pocas expresiones de la arquitectura nueva en el evento.

Tras años de depresión económica, tras un periodo marcado por una lucha desigual en el frente del estilo, sus miembros viven la exposición como un sobresalto. Retrospectivamente, se puede entender como el apogeo de la acción de la UAM, pasados los oscuros años de la guerra, sus miembros imaginan que ha llegado su momento y que pueden ser llamados a reconstruir el país sobre nuevas bases. Eso ocurre, pero la asociación se desmorona y muere. Sus miembros, antiguos y nuevos, siguen reivindicando el espíritu que daba vida a la UAM y lo ponen en práctica en sus trabajos, pero se dotarán progresivamente de nuevas estructuras: Formas útiles que siguen la lucha por renovar el arte de vivir, y el grupo Espace, con el objetivo de lograr una síntesis de las artes a través de la cooperación entre arquitectos, ingenieros y artistas en proyectos de investigación.

in Code Couleur, n°31, mayo-agosto 2018, pp. 18-23