Exposición / Museo
Gaston, au-delà de Lagaffe
7 dic 2016 - 10 abr 2017
El evento ha terminado
Apparu pour la première fois le 28 février 1957 dans les pages du journal de Spirou, Gaston Lagaffe fête ses soixante ans en 2017. Le « héros sans emploi » créé par Franquin pour animer le journal devient très vite l’un des personnages majeurs de l’épopée Spirou et, sur plus de 900 planches, un véritable classique de la BD.
L’exposition proposée par la Bibliothèque publique d’information pose un regard neuf sur l’importance de ce personnage qui aura entraîné son créateur très au-delà de la BD jeunesse ; le gaffeur se révélant avec le recul subversif, militant, beatnik, écolo et au final porteur de questionnements très emblématiques de notre époque sur la manière de vivre en société.
Planches et éditions originales, dessins inédits, photographies, inventions et gags en tous genres permettront de redécouvrir un Gaston si proche de chacun d’entre nous, derrière lequel débordent tout le talent et l’audace d’André Franquin.
Conçue avec le concours de Frédéric Jannin (dessinateur de bande dessinée, auteur de la série Germain et nous et contributeur au Trombone illustré, aux côtés de Franquin, Peyo, Bretécher, Gotlib...) et de Christelle et Bertrand Pissavy-Yvernault (auteurs chez Dupuis de Yvan Delporte, réacteur en chef et de la série en cours La véritable histoire de Spirou), l’exposition élaborée par la Bpi s’inscrit en écho au programme éditorial de l’anniversaire du personnage porté par les éditions Dupuis dont le point d’orgue sera la nouvelle édition de la série Gaston, en 21 volumes, avec des couleurs restaurées, et la publication d’un catalogue d’exposition largement documenté.
Programmation associée :
Lundi 12 décembre 2016 : L’héritage contemporain de Franquin
Lundi 9 janvier 2017 : L’art de Franquin
Lundi 13 février 2017 : Gaston a 60 ans !
Lundi 20 mars 2017 : Et la BD franco-belge aujourd’hui ?
Quando
12:00 - 22:00, todos los lunes, miércoles, jueves, viernes
11:00 - 21:00, todos los sábados, domingos
En entrée libre pendant les horaires d'ouverture de la bibliothèque
Lundi, mercredi, jeudi, vendredi de 12h à 22h / Samedi, dimanche, jours fériés de 11h à 22h
Dónde
Presentación por los comisarios de la exposición
El torpe más famoso del mundo del cómic nace del talento de André Franquin, al que se suma la entrañable locura de Yvan Delporte, redactor jefe de la revista Spirou. Franquin era la estrella más importante de esta revista, que vivía entonces los inicios de su época dorada. Así nos podemos hacer una idea de cómo se recibió a Tomás la primera vez que dirigió su pajarita a la entrada de la redacción. Ese al que hoy en día conocemos como «el héroe sin trabajo» ya tenía una función: llenar de manera lúdica los vacíos que dejaban los caprichos de la maquetación. Y, de metedura de pata a metedura de pata, fue cogiendo galones y ganando espacio en las páginas del periódico y en la mente de su creador. Franquin dibujaba los primeros años a cuatro manos con Jidéhem, y poco a poco fue trabajando y desarrollando un personaje opuesto a los héroes del cómic franco-belga o a los superhéroes de cómic americano y de los dibujos animados de después de la Segunda Guerra Mundial. Tomás fue considerado un marginal en sus inicios, un personaje despreocupado que cuestionaba el propio concepto de jerarquía o de sometimiento. En 1968, cuando la juventud gritaba «¡Prohibido prohibir!», Tomás resistía ante militares, jefes y burgueses de toda calaña. Tanto es así que la editorial Dupuis recibió, pocos días antes de los disturbios de París, un mensaje de las autoridades pidiéndoles que moderaran los ímpetus antipoliciales de Franquin.
Nada paró a Tomás ni a su creador en ese camino suavemente subversivo. Hacía tiempo que personaje y creador no eran más que uno, y a medida que la humanidad se horrorizaba por los atropellos humanitarios que ocurrían en los años setenta, Tomás gritaba su furia, su necesidad de paz y de sueños. Y, mientras la sociedad hacía oídos sordos a sus súplicas, Franquin se dejaba llevar por pensamientos negativos, cada vez más negativos, y Tomás se ponía serio, cada vez más serio. El dibujante puso entonces su lápiz al servicio de Greenpeace, de Unicef, de Amnistía Internacional, donde militó Tomás. Frente a la violencia del mundo, no podía hacer más que eso: militar. Hoy en día, no ha cambiado nada, y a través de esta exposición, no hay duda de que hablamos de arte y de compromiso, ¡vaya que sí!
PERSON - Emmanuèle Payen
Source :
in Code Couleur, n°27, enero-abril 2017, pp. 50-51
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